viernes, 3 de diciembre de 2010

EN LA OSCURIDAD


   Se conocieron en un chat. Su soledad la llevó a crear un perfil en una red de contactos. Ella no esperaba nada, no queria nada, quizas con suerte romper la monotonía, charlar con alguien ajeno a su entorno y conocer personas que se sintieran tan solas como ella.
   Después de varias semanas de conversaciones insulsas, sin un interés especial con hombres que solo esperaban de ella poco más que sexo ...lo encontró. En realidad fué el quien la descubrió.
   Su foto no dejaba vislumbrar con nitidez sus facciones y su forma de expresarse era tan ambigua como excitante. Sin embargo algo de él la cautivó automáticamente.
   Se creó entre ellos una dependecia de charla, de confesiones sinceras y de intereses mutuos que los llevaron a anhelar un encuentro.
   Ella tenía miedo, no estaba preparada y tanta afinidad y complicidad creaba una barrera que no dejaba acercarse a él.
   Puso sus normas para el encuentro, confiando que él no las aceptara. Su sorpresa fué mayúscula cuando él le respondió que cuando, donde y a que hora. Estaba dispuesto.
   Llegó el día y temblorosa se vistió de manera discreta pero sensual, su vestido dejaba entrever su anatomía de curvas, generosos pechos e interminables piernas enfundadas en medias de seda.
   Se acicaló el pelo y dejó que su perfume envolviera su cuerpo. Estoy lista -pensó.
   Tal como habían acordado ella llegaría primero al hotel y mandó un mensaje a su móvil con el número de la habitación. Mientras él llegaba se aseguró de que todo estubiese como ella quería, música suave, olor de rosas en el ambiente, temperatura acojedora y sobre todo que no hubiese resquicio de luz.
Se quitó el vestido quedándose con su ropa íntima nueva y esperó.
   No tubo que hacerlo mucho, un sonido quedo en la puerta anunció que había llegado. Ella le abrió quedándose detrás de él, situándose a  sus espaldas.
   Como lo pactado ella lo fué desnudando aspirando su perfume exótico mezclado con el aroma de su piel, poco a poco, en silencio y en total oscuridad le acarició la espalda, le recorrió el cuerpo con la yema de los dedos y cuando lo giró para besarlo lo atrajo hacia sí apretando su cuerpo contra el suyo.
Ambos percibieron el deseo en el cuerpo del otro...
   Ella le guió a la cama y allí dieron rienda suelta a los cuerpos, jugaron, lamieron y se humedecieron mutuamente hasta que los dos como por arte de magia necesitaron pertenecerse por completo.
   La oscuridad y el silencio fuero cómplices de aquel acto salvaje, brutal y extenuante, solo roto con un quejido de placer emitido al unísono.
   El se quedó adormidlado y ella silenciosamente se escurrió de la cama apurándose a ponerse la ropa. Salió de la habitación con una sonrisa de niña traviesa.
   Al llegar a su casa borró el perfil. Su fantasía se había cumplido.

3 comentarios:

  1. Una aventura excitante, desde luego.
    Lástima no haberla seguido... quizás saldría algo bueno de ahí.
    Muy bien Rocío, sigue así.
    Biquiños.

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  2. Muy excitante este relato.......felicidades a su creadora, queremos más, jejeje, besos

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  3. brutal..!! una experiencia super excitante, y muy bien relatada.

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